Es justo dedicar el primer post de este blog a uno de los más importantes artistas visuales de este siglo. David LaChapelle puede ser odiado o adorado por partes iguales, pero la indiferencia no tiene cabida ante su obra y eso es, a mi parecer, lo que hace grande entre los grandes a este hombre.
El artista que reinventó el Pop-Art y que tuvo como máximo referente, cómo no, al mismo Andy Warhol, no tiene límites en su imaginería iconográfica, en la que encontramos referencias al surrealismo y al fauvismo, e incluso a la pornografía -sin llegar a caer en ella-. Sus fotografías muestran una estudiada composición de un gran fuerza visual, que resulta aún más impactante gracias a la explosión de color de la que normalmente vienen acompañadas.
Como artista new-pop, los protagonistas de la obra de LaChapelle son estrellas de cine, cantantes, top models, deportistas y celebridades que conforman la iconografía del público de masas gracias a la influencia de los mass media. Entre sus modelos fetiches -las musas del genio- se encuentran Amanda Lepore y Pamela Anderson, ambas coincidentes en un físico acorde con su obra: provocativas, explosivas y surrealistas. Larga vida al rey.
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